La incorporación de la mujer al mercado laboral no está exenta de dificultades, el conocido como síndrome de la mujer trabajadora recoge aspectos de esta problemática.
La tasa de empleo femenina, mujer trabajadora, es de un 53,73%, representa una diferencia de cerca de 10 puntos porcentuales con respecto a la tasa de empleo masculino, cada año aumenta el numero de incorporaciones de mujeres al mercado laboral, pero queda mucho camino para lograr la plena integración de la “mujer trabajadora” en el mercado laboral y lograr la igualdad de condiciones con respecto al empleo masculino.
En la sociedad actual hemos experimentado numerosos cambios y avances si comparamos con épocas pasadas. Gracias a las diferentes luchas y progresos, la mujer tiene un rol mucho más importante, alcanzando los mismos puestos y responsabilidades que el sector masculino.
El problema con que nos encontramos en referencia a la mujer trabajadora es que, además de realizar las tareas del hogar que siempre venía realizando, ahora debe compaginarlas con la vida laboral. Es decir, las obligaciones que antes se hacían durante todo el día se relegan a huecos libres tras la jornada de trabajo. En el mejor de los casos sin tener que cuidar y atender a hijos.
A raíz de esta serie de tareas pendientes que la mujer trabajadora suele arrastrar, surge lo que se conoce como Síndrome de la mujer trabajadora. Esta problemática la sufren las mujeres con dificultad para conciliar la vida personal y profesional por la acumulación de responsabilidades. El estrés y el esfuerzo al que se ven sometidas alteran la salud mental y física de las personas que lo padecen.
¿Cuáles pueden ser los posibles síntomas del síndrome de la mujer trabajadora?
- Estado de tensión permanente: se muestra tensa, tímida, aprensiva, y particularmente sensible a las opiniones de los demás.
- Bajo sentimiento de autoestima: el punto anterior repercute en gran medida sobre la autoestima de la mujer que lo padece.
- Problemas de memoria y olvidos frecuentes: el estado de tensión le hace distraída y esto le genera olvidos frecuentes en aspectos básicos.
- Cambios en su estado de ánimo: este estado le produce una gran irritabilidad, tristeza, propensión al llanto, angustia, depresión, ensoñación y aislamiento.
- Enfermedades psicosomáticas: en un nivel más avanzado del síndrome se presenta, con relativa frecuencia trastornos psicosomáticos en especial de las vías digestivas (gastritis, úlceras, inflamaciones del colón, estreñimiento,..) y del sistema cardiopulmonar (taquicardia, palpitaciones, opresión precordial, sensación de ahogo y sofoco permanente).
- Propensión a los accidentes: en un nivel más avanzado del síndrome se presentan, con relativa frecuencia pequeños accidentes de tipo casero (golpes, cortes,…)
- Cambios transitorios de la personalidad.
- Pérdida del ciclo normal de sueño.
- Fallos y conflictos en el desempeño de todos los roles: la mujer termina por desempeñar con dificultad sus papeles, lo cual genera tensiones y reclamos en su hogar. Exigen mayor consagración de un tiempo para cada uno de ellos, lo cual le genera menos tiempo para su cuidado personal y sentimientos de culpa sobre el posible abandono en que tiene a sus hijos, a su pareja y a su y a su trabajo, haciendo que se abandone a sí misma y sea mínimo el cuidado de su salud, belleza, descanso, etc.
- Problemas de sobrepeso.
- El trabajo adictivo: el trabajo entonces se convierte en la principal fuente de satisfacción.
Ante esta problemática de la mujer trabajadora es imprescindible conocer las causas que la provocan y desarrollar estrategias de afrontamiento tanto en el ámbito laboral como personal (Curso de SÍNDROME DE LA MUJER TRABAJADORA – Flo Formación (floserviceformacion.com)) para evitar que llegue a los niveles más altos del síndrome.
En definitiva, el Síndrome de la mujer trabajadora es muy común en la sociedad actual y es vital que sepamos reconocer si lo padecemos o sospechamos que alguien de nuestro entorno pueda estar sufriéndolo. De esta forma podremos reconocer nuestros síntomas y elaborar un plan de prevención personal.